jueves, 2 de septiembre de 2010

Silencio, el arma total

Después de años de no poder ver la luz, los primeros rayos atravesaron la gran cortina de humo y cenizas provenientes desde todos los volcanes de la Gran Madre.
Este acontecimiento borró a toda la gente que no era la indicada para establecer el equilibrio.
Antes de este acontecimiento los hombres entendieron que el desarrollo de una lengua única desmoronó el sistema, esa lengua maldita pudo mas que el dinero, pudo mas que las bombas atómicas, pudo mas que la fuente de energía suprema que la Gran Madre almacenaba para proteger a sus hijos.
Como un acto de rebeldía, una parte de sus hijos quiso hablar mas fuerte, destruyó civilizaciones en nombre de la comunicación, mal entendió el significado del entendimiento por el sometimiento.
Esa lengua maldita destruyó como un cáncer a sus propios parlantes, a quienes la desparramaban como la peor enfermedad venérea.
Esta lengua destruida por la Gran Madre empezó a contaminar la vida del hombre, con palabras que activaban el lado oscuro de la Gran Madre, interfiriendo en la comunión cósmica entre la Gran Madre y el Padre Guardián.
Palabras como money, politics, hungry, death. Fueron las que iniciaron estas activaciones, la Gran Madre a estas palabras la convertía en un ser abominable, levantando grandes olas que azotaban contra las provincias mas pobres, eran órdenes inconscientes de los traidores del hombre, los que prefirieron someter a convivir. Elevaban temperaturas a placer, provocando cambios climatológicos espantosos, convirtiendo cada centímetro de la superficie en una sartén dominada por una pura mano, una mano de yugo, sin sentimiento, sin corazón.
Las ordenes eran claras y sin vacilaciones, ser la raza suprema, dominar todo el norte, ser la Tierra Santa, ser los gobernadores, establecer la civilización a su manera y a su disposición.
El Padre Guardián espero como un monje fiel, aguantó y soportó el calvario de la Gran Madre.
Los hijos fieles dieron una gran batalla, las lenguas creadas en el corazón de a Gran Madre era la traba final para los traidores. La gente del Sur se estableció impidiendo el paso de energías malignas.El oriente desarrollo palabras claras y dulces para apaciguar el poder oscuro de la Gran Madre. Los dominadores del hambre y la incomprensión volvieron a reir con los animales, quienes veían con tristeza el cambio de la Gran Madre.
Cada punto de la superficie necesitó un hermano mayor que fuera su luz y camino en esta gran lucha, serían sus totem, sus guías, sus protectores.
El oriente presentó al Tigre como señal de fiereza y cautela, la expresión viva de su raza, su naturaleza.
Los dominadores del hambre y la incomprensión mostraron al poderoso elefante, animal poderoso y de gran inteligencia que puede almacenar tanta información como palabras proféticas.
La gente del sur miró al cielo y extendieron sus manos para tocar a su guía, su gran hermano, el gran rey aéreo, el Cóndor, hacia su ingreso a la batalla.
Los traidores desarrollaron palabras mas poderosas, palabras que entorpecían el equilibrio. Desarrollaron técnicas bélicas que empezaron a desarmar a la gente pura.
Los grandes protectores caían agotados por la dura batalla.
Los guías y centinelas empezaban a sufrir el cansancio de la fiereza y mutilidad de los traidores.
El Padre Guardián no soportó mas miseria y activó la única palabra que la gente de la superficie nunca desarrollo, solo los elegidos serían salvados, los tótem serían alzados a dimensiones nuevas como almas guardianas del Gran Lugar.
La palabra se activó y la Gran Madre expulsó toda su furia en manifestación cataclísmica, el sector del norte subió hasta tocar el sol, quemando a los traidores con el polvo cósmico que provenía de las alas del gran cóndor.
Los traidores que permanecían como infiltrados con la gente pura, fueron aplastados por el paso del gran elefante, los que huían eran esperados por la fiereza del tigre.
Ninguno sobrevivió a la masacre de los protectores, los que trataron de correr mas rápidos fueron quemados vivos por la lava que recorría sectores específicos, eran verdaderas serpientes de fuego que buscaban y quemaban a cualquier traidor de la Gran Madre y de sus hermanos.
El Trabajo etsab hecho.
Pasaron 200 años, hasta que la Gran Madre por intervención del Padre Guardián permitió que la luz entrara, ya estaba sanado todo, la limpieza estaba realizada