Y bueno llegó.
Así de sopetón se aproximó sin avisar nada.
Tan solo esperaba una cierta cordura y ¿por qué no?, una cierta clase de ayuda en este último paso.
Se vio tan solo él en ese cuarto que muchas veces le dio una satisfacción inmensa.
Conoció a mucha gente ahí, realizó muchos amores fugaces, siempre fue fiel en el momento del clímax.
Pero estaba ahí, parada y muda. Estática.
Sin nada que decir, tan solo fijando sus enormes negros encima de su cara ya envuelta en resignación.
Él ya había aceptado la llegada, pero de cierto modo quería ver si podía seguir aunque sea un día mas, quería comprobar si los caminos elegidos habían sido los correctos.
Ella, parada en el umbral, sin ninguna palabra solo movió la cabeza, sabía lo que el quería y no se lo entregaría.
Él, entendió y realizó el último esfuerzo.
Casi en el acto se desplazó a un momento que lo había guardado en lo mas profundo de su ser, ni el se acordaba de los detalles, pero el momento empezó a florecer y los detalles se volvieron veracidades.
Se vio en el mismo cuarto, pero ahora con otra persona, era una persona que siempre había estado allí, sentada, inmóvil.
El se acercó y ella se lanzó encima de él, buscaba venganza, buscaba satisfacción personal.
Como autorreflejo se la quitó de encima, la miró y le pidió disculpas.
Estas no eran aceptadas, estas no eran suficientes.
Un daño terrible estaba hecho, se necesitaba nacer nuevamente para poder aceptar tal disculpas.
Ella entendió todo y se marchó, no dijo nada, solo se fue, se marchó, el sabía que ya no podía hacer mas, solo vivir con aquello o enterrarlo para siempre.
Le sedujo lo segundo.
En el acto volvió nuevamente, el sabía que el camino estaba manchado por esa situación desechada.
Los enormes negros lo notaron, pero avanzó y sin ninguna muestra de sensaciones lo dejó sin aliento.
Pasó por escalafones gigantes, pasó por detalles que no había notado, volvió a lugares y revivió muchos detalles vulnerados.
Pero ahora eran distintos, las situaciones tenían el mismo comienzo, pero ahora las decisiones eran contrarias y se veía que sucedía con cada una de las tomas de decisiones.
Todo iba al mismo punto, todo converge y todo apuntó al mismo detalle.
Una simple mirada, un flirteo ocasional, unos segundos de miradas para darse cuenta que era ella quien le cambiaría la vida, pero el desenlace era el mismo. La misma culpa y el mismo detalle borrado.
Entendía que toda su vida circuló entorno a esa mirada, no había otro momento.
Era ella su razón, era ella el punto de inflexión, era ella la cual lo había convertido en lo que era o lo que había sido.
Mientras analizaba, y seguía cayendo en un camino sin posible final, desarrollaba en aumento la idea de que la toma de decisiones serían solo en ese punto, lo anterior ya estaba escrito. Todo llevaba a ese punto, a esa situación.
Su acompañante, los enormes negros, levantó de manera rápida sus mejillas blancas, y exhaló una solo palabra. Entendiste.
El camino terminó y se encontró nuevamente en un lugar ya conocido, pero no entendía los detalles y como había llegado ahí.
Tenía memoria de su vida, pero no recordaba nada mas, había sido un lapsus, se sentía raro, ero se sentía bien.
Cuando trataba de entender que ocurría, se regocijó con la mirada de una mujer, un flirteo ocasional, unos segundos de miradas para darse cuenta que era ella quien le cambiaría la vida....